Recomendado para: Amantes de los tours de force interpretativos… porque saldrán extasiados con Anabel Alonso.
¿En tres palabras? Dolor que enloquece.
Y es que hay que tener mucho dolor para estar tan mal, y Murielle está muy pero que muy mal en esa fatídica Nochevieja en la que la conocemos. Es más, me atrevería a decir que está lo peor que puede estar una mujer, y digo mujer porque en este espectáculo no hay opción más dramática ni peor condena.
La mujer rota es un alegato de Simone de Beauvoir a favor de todas las mujeres. Lo escribió en 1967, sigue vigente hoy en día y sigue, igualmente, abocado al fracaso, porque todas las mujeres que aparecen en La mujer rota fracasan y, lamentablemente, seguirán fracasando mientras exista un ápice de misoginia.
Gracias a la impecable dirección de Heidi Steinhardt y la interpretación en estado de gracia de Anabel Alonso, un soliloquio que en principio podría pecar de narrativo se eleva a su máximo esplendor en escena. En cada ángulo grisáceo de esa habitación, celda o estado mental de Murielle, se instalan la acción, la emoción, la poesía y la reflexión: cuatro ases para un triunfo escénico.
Se nota, tanto como se agradece, que Steinhardt ha estudiado el libreto con rigor, astucia y genio. Y Alonso no puede demostrar mayor alzada: devora la escena durante ochenta minutos sin dar respiro al espectador, domina comedia y tragedia por igual, y ni una sola frase no se vive o se siente. Ambas han apostado muy alto y han decidido arriesgar donde cualquier otro se habría conformado con mucho menos… y han ganado. Y los espectadores con ellas: qué banquete teatral, la esencia del teatro en escena.
Lo más destacable: El tándem Steinhardt–Alonso, ¡no hay que perdérselo!
La mujer rota de Simone de Beauvoir | Con Anabel Alonso | Dirige Heidi Steinhardt | Produce Lazona | Visto el jueves 30 de octubre en el Teatro Infanta Isabel (Madrid)

Deja un comentario