Madrid, 6 de octubre de 2024:
Embarco a Caracas por segunda vez en mi vida.
¿Qué me deparará el vuelo? Sueño con encontrarme de nuevo con aquel ángel de la guarda procedente de Viena que tanto me ayudó durante el trayecto y con quien terminamos paseando juntos los sábados por la mañana por el Parque del Este.
—Los santos están contigo —me dicen en Venezuela.
No sé si «los santos», pero sí «un santo» y además ahora literalmente, porque Don José Gregorio Hernández me acompaña de regreso a Caracas. Viaja en mi mochila, dentro de un estuche negro, bien protegido para que no se fracture el yeso pintado. Creo que puede hacerle tanta ilusión como a mí regresar a su tierra y, de paso, se recarga.
Ha sido una semana muy intensa que concluye con el broche de este viaje. Hemos asistido al estreno absoluto de La mujer más feliz del mundo en La Badabadoc Teatre de Barcelona, hemos leído Metamorfosis de Franz Kafka en el Teatro Fernán Gómez de Madrid, y ahora a volar sobre el océano, Don José Gregorio y yo, para emprender la segunda etapa del LEIT 3 en Trasnocho Cultural.
No puedo sentirme más afortunado.
Por cierto, ahora que caigo: mi ángel de la guarda vienés también es doctor, como lo fue Don José Gregorio.
¿Será verdad que los santos están conmigo?
Escribo de vuelta en cuanto aterrice.

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